Las dinámicas metropolitana actuales y futuras nos invitan a leer los flujos entre territorios, más que "dibujar" límites y áreas. Sin resaltar las interdependencias espaciales de las cuales los flujos y redes expresan, la ambición de desarrollo metropolitano quedará infructuosa.
Al no tener una encuesta "Desplazamientos Hogares-Trabajo", cabe particularmente complejo obtener resultados sobre las movilidades metropolitanas que estructuran al territorio. Sin embargo, los conocimientos más cualitativos sobre las funciones "residenciales" o "activas" orientan una lectura hacia una dependencia -casi exclusiva- con la Ciudad Capital ; lo cual se traduce seguramente más como dependencia con otros territorios implicando conocer la atractividad de los municipios en términos de empleos y la dependencia a otros espacios en términos de demanda laboral adecuada. Con este tipo de lectura se lee un espacio metropolitano marcado por la influencia de polaridades que juntan los municipios generadores de empleos con sus áreas de influencia compuestas de los municipios dependientes de las polaridades.
Por lo menos, es la lectura geográfica que se haga del territorio ; obviamente que la lectura planificadora debe acompañar los flujos dentro de límites.

En el caso de los flujos, estos siempre se van a dar ya que dentro de la ciudad los desplazamientos se darán siempre. Lo que hay que trabajar es el la cura hacia el agoraphobia para que se pueda hacer un uso de un transporte público que consolide flujos y al final del recorrido se utilice el espacio público para no generar más congestión.